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El Duelo en los niños

Actualizado: 23 may 2020


La muerte es un tema que nos asusta, que preferimos evitar hablarlo, como si eso significara que la mantendremos lejos de nosotros o de la gente que amamos.

Sin embargo la muerte es parte del proceso natural de nuestra vida y ese momento llegará en el momento justo, ni antes ni después. En la medida que podamos aceptarla e incorporarla como ese proceso, tendremos mayores recursos para lidiar con ella.

Pero qué pasa cuando nuestro hijo nos pregunta ¿por qué ya no veo a mi abuelito?, ¿dónde está? ¿cuándo regresará? Esas preguntas nos llenan de angustia, miedo e inseguridad por no saber cómo afrontarlas.

Debes saber que ningún niño es demasiado pequeño para no darse cuenta de que la persona ya no está allí, de que algo les angustia y entristece a sus padres.

Primero que nada debemos tener en cuenta que cada miembro de la familia es único y por lo tanto cada uno vivirá su proceso de duelo de manera diferente y que como padres actuamos siempre tratando de proteger a nuestros hijos del dolor. En ocasiones al estar inmersos en nuestro propio duelo, no nos damos cuenta de que nuestro hijo puede sentirse confundido, abandonado o desamparado, porque estamos luchando con nuestros propios sentimientos y emociones que no podemos hacer frente a las necesidades de los demás.

¿Los niños deben participar en los ritos del funeral y el entierro?

Sí, es recomendable que los niños sean partícipes, sin embargo la decisión la tendrán ustedes como padres. Esta oportunidad les permite a los niños elaborar el duelo y resinificar la muerte como parte de la vida.

En el pasado los niños estaban más expuestos a este acontecimiento, los animales eran sacrificados para comer o simplemente les permitíamos ver caricaturas en donde moría algún miembro de la familia, y de esta manera veían a la muerte como un incidente normal.

Actualmente “remplazamos” a la mascota para evitar que nuestro hijo experimente ese sufrimiento y no nos damos cuenta que con eso, le estamos negando la oportunidad de desarrollar recursos propios de afrontamiento y verlo como parte normal de la vida y no como algo atemorizante.

Su participación en estos ritos dependerá de la edad y de hasta dónde tú como papá te permitas.

¿Cuáles pueden ser las reacciones en los niños?

  • Negación: Un manera de afrontar la situación que no queremos aceptar. El niño puede hablar en tiempo presente de la persona fallecida, esperarla en su cuarto, pedir que le sirvan comida al difunto en el que era su lugar habitual para comer o mostrarse más juguetones “como si no hubiera pasado nada”

  • Culpa: Pueden responsabilizarse de la muerte, por haber “deseado” que esa persona se alejara, es decir hacer alusión a su pensamiento mágico, propia de la edad y adjudicarse poderes que pueden decidir quien vive y quien no, también por haberse enojado con la persona, por sentirse por momentos contentos, etc.

  • Ira: Se puede proyectar a miembros de la familia, a Dios, al difunto o internalizarse. Es muy importante saber que muchas veces la ira enmascara mucha tristeza o depresión. Se pueden mostrar oposicionistas, rebeldes, groseros, etc.

  • Miedo: A perder a sus padres, a otras personas cercanas o incluso miedo a perder su propia vida. EL niño puede pedir no alejarse de los padres, dejar de ir a la escuela etc. Puede manifestarse como ansiedad de separación y con preocupación por enfermarse o que alguien se enferme.

  • Somatizaciones: Cuando el niño manifiesta síntomas físicos como enuresis, pérdida del apetito, chuparse el dedo, insomnio o hipersomnia, pesadillas o incluso referir los mismos síntomas que presentó la persona fallecida.

Estas reacciones pueden darse también en los adultos, sin embargo la dificultad que hay en los niños es que por su edad y etapa de desarrollo, aún no cuentan con recursos de afrontamiento adecuados, una inmadurez neológica y emocional, un desconocimiento de que es la muerte y poco lenguaje verbal para expresar sus sentimientos.

¿Debo decirle a mi hijo que un ser querido ha muerto?

Si. Recuerda ponerte siempre a su nivel para usar las palabras adecuadas y darle la información pertinente para su edad, pero siempre respóndele todas sus dudas.

Es muy importante saber qué entiende el niño por muerte. El significado dependerá de la etapa de desarrollo en la que se encuentre, ya que para los más pequeños el concepto de muerte aún es muy abstracto y reversible. Es a partir de los 7 años que el concepto de muerte toma su significado real.

  • Da respuestas basadas a la información que él te refiera. Nunca le mientas. Si el niño te pregunta ¿Abuelito regresará? No, pero siempre que necesites verlo podemos revisar el álbum que tanto te gusta.

  • Los niños en ocasiones, tienen respuestas diferentes de las que manifiesta el adulto ante el duelo. Un niño pequeño tal vez no lloré, pero pueda mostrarse hiperactivo, ansioso, enojado o portándose mal. Un adolescente podría aislarse, estar más reactivo y buscar consuelo con los amigos. Si estas conductas perduran e interfieren con su funcionalidad en su vida diaria, será necesario buscar ayuda profesional.

  • Usar un lenguaje claro que el niño pueda comprender. Hazle saber al niño que puede hacerle las preguntas que le desee, crea un ambiente de confianza y hazle saber que en el momento que él desee estarás ahí para escucharlo y responderle. No lo presiones para hablar, él al igual tú, necesitas un poco de tiempo.

  • Deles su espacio para estar solos, valida sus emociones, diciéndole que si tiene ganas de llorar lo haga, que es esperado que pueda estar triste en ocasiones, etc.

  • Puedes apoyarte con materiales didácticos como cuentos, ver películas o caricaturas (Rey león, Intensamente, Toy Story 3, Nemo, Tierra de Osos, etc), escribir cartas de despedida y agradecimiento, llevar un diario, etc. Son medios que ayudan a entender y normalizar sus emociones así como también para finiquitar asuntos pendientes.

  • Trata de que no cambie mucho su rutina del día y que no se presenten otros acontecimientos que puedan incidir en el duelo (cambios de escuela, de domicilio, dejar de ir al futbol, etc)

  • Sé empático y hazle saber que tú también te sientes así.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Es muy importante primero reconocer mi estado actual, ya que si considero que es muy difícil para mi en esto momento hacer frente a los cuestionamientos de mi hijo, busque un profesional que lo ayude a manejar la situación. También cuando las reacciones antes mencionadas se intensifican.

Te comparto algunas otras reacciones:

Si el niño ha perdido interés en realizar su rutina, como ir al futbol, la escuela, etc.

Si manifiesta dificultades escolares, desde bajar su rendimiento como problemas de conducta.

Si ha tenido cambios radicales en su conducta, si es muy sociable y le encanta salir, que prefiera estar encerrado y solo, que manifiesta conductas agresivas rompiendo cosas o golpeando, reservado o ansioso, etc.

Si expresa de manera reiterada querer reunirse con la persona fallecida

Los padres siempre pueden proteger a sus hijos para apartarlos de las situaciones que implican tristeza y pérdida. Pero al enseñarles a enfrentar este tipo de sentimientos, se desarrollan en ellos recursos emocionales que les podrán ayudar toda su vida. No estás solo en este camino, si me lo permites yo lo recorro contigo.

Psic. Andrea Uranga M.P.C.I

Tanatóloga


 
 
 

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