Algo que nos cuesta mucho trabajo es aprender a decir que si y que no esta permitido o nos genera malestar en una relación, ya sea con los hijos, pareja, amistades o compañeros. Te platicamos como poder establecer limites de manera efectiva y eficaz.
Muchas veces nos enfrentamos en nuestras relaciones a situaciones que nos parecen incomodas, que nos generan enojo, tristeza o miedo y puede ser que identifiquemos la razón, pero se nos complica hablar con las personas acerca de las actitudes o conductas que nos la generan, dejando así que la situación continúe o canalicemos esas emociones de forma nociva para la relación, deteriorandola o generando mas conflictos.
Los limites en una relación, son una guía para saber de que forma podemos convivir armoniosamente, no se trata de prohibiciones o reglas estrictas, se trata de un mapa, que nos conduce a relaciones que nos permiten fluir y crecer, que pone como base el respeto mutuo y en donde sabemos que se espera de el otro y de nosotros. No siempre sabemos como ponerlos, pero si es importante saber que son indispensables para que toda relación funcione adecuadamente. Los limites NO son universales, son personales, los determinan las personas,la relación, su historia, su cultura, la forma en como perciben su realidad y la vida; por eso en este articulo no te vamos a decir CUANDO poner limites, sino las CARACTERÍSTICAS que deben tener esos limites.
Otro factor que debemos tener siempre en cuenta, es que no debemos OBVIAR las cosas, es decir, lo que para ti es obvio, para el otro no lo es en lo absoluto, por esa razón, cuando establecemos los limites, debemos explicar las razones del limite y el porque es importante que no se trasgreda, eso también permite al otro conocerte mejor y saber cuales son tus expectativas en esa relación, atención: en esa relación, no en esa persona, pues no podemos exigir que la persona cambie o se haga a nuestra manera, los limites mas bien consisten en determinar el trato y los acuerdos que llevaran de forma mutua.
Lo que debes tomar en cuenta, para poner limites y que se lleven a cabo de forma inteligente y efectiva, es que deben tener estas tres características:
Deben ser consensuados: Los limites se establecen negociandolos y deben ser de mutuo acuerdo, deben tener una razón y un sentido de porque es importante ese limite, sino se convierten en imposiciones en donde se subordina a la otra persona, y tarde o temprano, si no tienen sentido o significado se pueden trasgredir,las personas deben estar convencidas del porque y para que es benéfico que exista ese limite.
Flexibles: Los limites deben tener flexibilidad, recordemos, no son cuestiones impuestas que coarten la individualidad, libertad o voluntad de la otra persona, es decir, puede haber momentos o circunstancias posiblemente fuera de control o por un descuido, en donde el limite no se haya cumplido al 100% y no por eso se debe hacer un gran problema de la situación, se plantean las razones del porque no se cumplió cabalmente el limite o acuerdo, se ofrecen soluciones o se re-negocia el limite para que no suceda de nuevo (o a menudo) y continua con la relación con armonía.
Itinerantes: Ningún limite puede mantenerse igual a lo largo del tiempo, las personas, el tiempo y las circunstancias cambian, todo cambia y un limite que (por ejemplo) funciono con nuestro hijo cuando era pequeño, seguramente no funcionara cuando es un adolescente, por esta razón, los limites deben ser itinerantes, es decir adaptarse al tiempo y la realidad cambiante o nueva en la que se esta aplicando. Se pueden descartar viejos y negociar nuevos, según las nuevas situaciones de vida.
Aplicando estas bases en nuestros limites, todos los participantes se sienten integrados, tomados en cuenta, tienen sentido y razón de ser, y son aplicados de manera efectiva y armoniosa.